El cómic que te traigo hoy sobre los minijobs tiene un par de años y lo he tenido guardado en un cajón a la espera del momento propicio para publicarlo. Esto no es más que una excusa para hacerme el interesante. La realidad es que me gusta tanto este cómic que lo he estado mandando a concursos y como en los concursos de este país existe esa regla estúpida de que lo que mandas no puede estar publicado en ningún sitio, pues hasta que no se han resuelto todos los concursos a los que me presenté, no he podido hacer nada con ello. Y no, no gané ninguno. Pensé que lo de los minijobs tocaría fibras sensibles y arrasaría, pero no fue así.
Lo dibujé a finales del 2011, que fue mi año de máxima desesperación por no encontrar trabajo ni a la de tres. Ese año se habló mucho de los minijobs, la solución alemana a todos los problemas. ¡La panacea! Una solución brillante parida por las mentes más avanzadas del continente, los dioses alemanes que nos guían con su luz por el turbulento camino de la crisis.
Voy a tratar de explicar con mis palabras en que consisten los minijobs, a pesar de que mi mente subdesarrollada, comparada con las alemanas, se pierde entre elementos tan complejos, de tantas variables y cálculos que componen este concepto.
Allá voy…
Los minijobs son trabajos de pocas horas al día pagados a sueldos de risa
Ya está.
Puedo imaginar el esfuerzo que les ha tenido que costar a los técnicos económicos parir esta idea. Años de estudio para sacarse una carrera, después seguramente un MBA (Master in Business Administration) en alguna universidad pomposa, luego estudiar unas oposiciones durísimas para entrar en el órgano de gobierno competente en la materia. Después meses de desarrollo para dar con la solución al problema del paro. Y finalmente la idea. La piedra filosofal. El alfa y el omega.
Pagar menos por más trabajo.
Pero que trabajen pocas horas al día, así no se nota que les estamos timando y no se queman. Realmente es brillante. Seguramente no se le habría ocurrido lo mismo a cualquier cacique medio.
Este fue el proceso mental de indignación que me llevó a dibujar este cómic sobre minijobs. Luego he visto por ahí algunos parecidos, como el de Runtime Error. Nos lo ponen tan a huevo que es normal que se nos acaben ocurriendo las mismas ideas.
En fin, que espero que te guste. Y si te ha gustado tanto que te molaría tenerlo colgado en la pared, puedes comprarlo en mi flamante tienda online. También podrás adquirir otros artículos alucinantes como fundas para el iPhone, para el iPad y hasta camisetas, todo personalizado con mis creaciones. Y algo muy importante: los domingos los gastos de envío son gratuitos a cualquier lugar del mundo. Esto funciona para la mayoría de los artículos, menos para los cojines con relleno y alguna cosilla más.
¡Buen verano!